La tesis del 10x de 10ampro
Por que pensamos en inversiones que nos den un retorno de 10x
Raoul Pal y la clave para ganarle al sistema: The Everything Code, The Banana Zone y el arte de superar el hurdle rate
Raoul Pal no predice el futuro, lo descifra. Su tesis, condensada en la monumental pieza llamada The Everything Code, no es una teoría más del montón; es un mapa para navegar un mundo financiero en descomposición monetaria, donde la única forma de sobrevivir —y prosperar— es moverse más rápido que la inflación, más alto que el hurdle rate, y más lejos que los rezagados que aún piensan en términos del viejo sistema. En 10ampro, hemos hecho de esta visión parte del núcleo de nuestras tesis 10x.
Primero, la idea base: vivimos en un régimen de excesiva deuda, y la única manera que los bancos centrales tienen para evitar un colapso sistémico es mantener las tasas de interés reales negativas, inflar la base monetaria, e incentivar el endeudamiento para mantener vivo al zombie económico. En ese contexto, tener dinero en efectivo es como sostener hielo bajo el sol: se derrite lento, pero seguro. Y eso es exactamente lo que Pal quiere que entiendas. Si no estás invirtiendo para ganarle al hurdle rate (el rendimiento mínimo que justifica el riesgo asumido), estás perdiendo por default.
El Everything Code conecta puntos entre ciclos de liquidez global, comportamiento del dólar, demografía, y la evolución tecnológica. Cuando todo ese sistema se alinea —como está ocurriendo ahora—, entramos en lo que él llama la Banana Zone, una fase parabólica donde los activos de riesgo (cripto, acciones tecnológicas, etc.) se disparan como si estuvieran en cohetes de SpaceX. Pero cuidado: esto no es un llamado a la euforia, sino a la preparación. Quienes estén del lado correcto del trade pueden ver retornos descomunales. Quienes no, serán liquidados.
Raoul predica que el verdadero arbitraje está en el tiempo. No es un trader de corto plazo; es un arquitecto de convicciones con un horizonte extendido. En su framework, Bitcoin, Ethereum y otros activos cripto son expresiones puras de la escasez digital, y representan la mejor cobertura contra la degradación del dinero fiat. ¿Por qué? Porque no están controlados por burócratas ni bancos centrales. Son algoritmos, no políticos. Y en un mundo donde el valor del dinero se deprecia día a día, la neutralidad de código se vuelve un activo premium.
En 10ampro usamos ese marco para identificar oportunidades 10x: ¿dónde hay narrativa, tecnología, liquidez y desconfianza institucional? Ahí. Justo ahí es donde está el jugo. Pal lo ha dicho una y otra vez: la banana zone no es eterna, pero cuando llega, puedes convertir una tesis bien estructurada en una multiplicación de capital brutal. Es como surfear una ola gigante: si la lees a tiempo, te lanza kilómetros. Si la ignoras, te revuelca.
Además, Pal entiende que vivimos en una era de convergencia exponencial: inteligencia artificial, blockchain, robótica, energía solar. Todo se acelera. ¿Y qué tienen en común esas tecnologías? Son deflacionarias. Por eso, el dinero debe expandirse para compensar. El resultado: una distorsión de precios que solo los que entienden la macro pueden surfear. Si esperas señales tradicionales del mercado, llegarás tarde. El código ya está escrito; solo hay que interpretarlo.
Uno de los aportes más brutales de Pal es su forma de cuantificar el impacto de la liquidez global. Él no mira solo tasas de interés. Mira M2, mira la posición neta de liquidez de los bancos centrales, mira los balances. Y cuando ve que la marea sube, lo dice claro: es momento de arriesgar. En cambio, cuando se retira, busca protección. Es como tener un termómetro interno del mercado.
Desde esta visión, invertir no es un juego de adivinanzas, es una estrategia de posicionamiento. En 10ampro, cuando hablamos de encontrar ideas con potencial 10x, estamos hablando de hacer exactamente eso: leer el entorno macro, elegir activos infravalorados, montar la ola y salir antes del crash. Raoul Pal nos enseña que no se trata solo de qué comprar, sino de cuándo y por qué.
¿Y el hurdle rate? Para Pal, es el monstruo silencioso. En un mundo donde el costo de oportunidad está en constante movimiento, no basta con obtener rendimientos nominales. Hay que descontarlos por inflación, por pérdida de poder adquisitivo del dólar, por volatilidad del entorno. Ganarle al hurdle rate es la única victoria que importa. Si ganas 6% pero la inflación real es 10%, estás perdiendo. Y eso es lo que el sistema tradicional te esconde.
La conclusión es sencilla: si no estás en la banana zone, estás fuera del juego. Si no entiendes el everything code, eres parte del código obsoleto. Y si no estás dispuesto a jugar en la frontera de la asimetría, el sistema te va a devorar. Por eso, en 10ampro tomamos nota, aprendemos del mejor, y ejecutamos con visión. El futuro no espera a nadie. Y Raoul Pal ya va dos pasos adelante.
Tom Lee y el elefante que esta mal escondido: la montaña de efectivo y el combustible de la próxima explosión de activos
Tom Lee no es un maximalista cripto, tampoco un evangelista tech, pero probablemente sea uno de los estrategas más sensatos y subestimados de Wall Street. Su superpoder no está en encontrar tokens o acciones mágicas, sino en entender cómo fluye el dinero. Y su mensaje más importante —aunque pocos lo entienden o lo quieren oír— es este: hay entre 5 y 7 billones de dólares sentados en cuentas de ahorro, fondos monetarios y balances corporativos, esperando ser desplegados. Esa es la dinamita seca del sistema. Y cuando explote, no va a avisar.
En 10ampro, tomamos esta observación como una señal poderosa. Porque lo que Tom Lee está diciendo no es solo que “hay dinero afuera”, sino que vivimos en el preludio de una potencial redistribución masiva de capital hacia activos de riesgo. Y si entiendes cómo funciona el sistema, sabes que este tipo de entradas no ocurren en silencio: lo hacen en estampida. Es lo que en los mercados se conoce como risk-on. Y cuando ese botón se presiona, lo que sube no son solo los activos sólidos: también vuelan los cohetes meme, las tesis asimétricas y todo lo que huele a crecimiento.
La clave está en entender por qué esa montaña de efectivo sigue sin moverse. Hay dos factores: miedo y tasas. El miedo, porque nadie quiere ser el último en comprar antes de una recesión o de un evento geopolítico sorpresivo. Las tasas, porque los fondos monetarios están rindiendo 4-5%, y eso suena “seguro” cuando el mundo parece frágil. Pero como dice Lee, esto es una ilusión temporal. En el momento en que la Fed sugiera que el ciclo de subida de tasas ha terminado —o peor, que empieza a recortar agresivamente—, esa liquidez va a correr hacia los activos que pueden ganarle a la inflación. Es decir, hacia las apuestas que hacemos en 10ampro: tecnología disruptiva, cripto, acciones con expansión asimétrica.
Tom Lee lo pone claro: “Los mercados no suben porque la economía esté bien, suben porque hay más compradores que vendedores, y eso ocurre cuando la liquidez se desplaza.” Punto. No importa si el mundo está en guerra, si los gobiernos son un desastre o si el dólar tiembla. Lo que importa es hacia dónde se mueve el dinero marginal. Y eso, según él, está escrito: se va a mover hacia activos que puedan superar el hurdle rate. Porque lo único más costoso que asumir riesgo… es quedarse sentado.
Y aquí es donde la tesis se vuelve 10x. Si tú sabes que hay una bomba de $7T lista para entrar al mercado, ¿dónde quieres estar posicionado? ¿En cash, viendo cómo los activos se multiplican? ¿O en el tipo de activos que históricamente han capturado ese flujo: acciones tecnológicas, empresas con efectos de red, proyectos cripto con adopción real? En 10ampro, la respuesta está clara. Si el tsunami va a venir, no lo vamos a ver desde la playa. Lo vamos a surfear.
Lee también ha sido consistente en remarcar que los mejores retornos se obtienen cuando el sentimiento es bajo y la liquidez es alta. Es una fórmula simple pero poderosa: liquidez + desesperación = explosión. Y ahora mismo, estamos exactamente ahí. La narrativa económica es confusa, nadie confía en nadie, los analistas hablan de hard landing o soft landing como si supieran volar un avión, y mientras tanto… el dinero está acumulado en los bordes del sistema, esperando una excusa para entrar.
Un detalle brutal que Tom Lee suele mencionar: durante la crisis de COVID, los inversores minoristas capturaron gran parte de la subida porque ya no confiaban en Wall Street. Se movieron por instinto, no por análisis técnico. Hoy, ese instinto está dormido, pero no muerto. Y cuando despierte —cuando una narrativa macro positiva, un corte de tasas o una nueva ola de innovación en AI o blockchain vuelva a tomar protagonismo—, los $5-7T se moverán como una marea repentina.
Esto no significa que todo vaya a subir indiscriminadamente. Significa que las ideas bien posicionadas, con fundamentos sólidos y potencial exponencial, serán las ganadoras. En 10ampro creemos que esas ideas están en los mismos lugares que Tom Lee respeta: tecnología, innovación, y cripto como nuevo sistema financiero. Ahí es donde hay espacio para que una narrativa se transforme en multiplicación de capital.
Entonces, si estás leyendo y tienes dry powder en tu cuenta, pregúntate: ¿cuánto tiempo más vas a esperar? Porque la próxima gran ola no te va a preguntar si estás listo. Simplemente va a arrancar. Y si no estás posicionado, vas a tener que comprar más caro, con menos convicción y con peores retornos. Tom Lee lo dice mejor que nadie: “You don’t get rich waiting for the perfect moment. You get rich being early and being right.”
En 10ampro, no estamos jugando al corto plazo. Estamos construyendo tesis con la vista puesta en el próximo ciclo de liquidez. Porque cuando esos trillones empiecen a moverse, no queremos estar buscando ideas… queremos estar cosechando resultados.
Cathie Wood: la innovación como fuerza deflacionaria y la brújula que apunta al futuro exponencial
En el mundo financiero, donde la mayoría intenta no perder dinero, Cathie Wood juega otro juego: intenta predecir el futuro… y ganarlo. En 10ampro admiramos su osadía y, más importante aún, su framework: una mezcla de ciencia, convicción y macroeconomía con esteroides. Para ella, el mundo está entrando en una etapa sin precedentes de innovación disruptiva que no solo cambiará industrias enteras, sino que además es deflacionaria por diseño. Si entiendes eso, puedes construir una tesis 10x que no solo protege frente al money debasement, sino que se alimenta de él.
El núcleo de la visión de Cathie es que las tecnologías exponenciales —como la inteligencia artificial, la robótica, el almacenamiento energético, la edición genética y la cadena de bloques— están todas avanzando a un ritmo tan vertiginoso que las estructuras económicas actuales simplemente no pueden seguirles el paso. Ella cita constantemente la Ley de Wright, que plantea que cada vez que la producción acumulada de una tecnología se duplica, su costo cae en un porcentaje predecible. Es una forma elegante de decir: lo que hoy cuesta mucho, mañana será barato… y pasado mañana será ubicuo.
Un ejemplo concreto que Wood supo leer como pocos: Tesla. Cuando en 2018 ARK Invest proyectó que Tesla llegaría a $1,500 por acción, Wall Street se rió. No entendían que Tesla no era una automotriz, sino una empresa de inteligencia artificial con ruedas. Wood entendía que las curvas de aprendizaje en baterías, conducción autónoma y manufactura robotizada estaban generando efectos de red y economías de escala que cambiarían por completo el modelo de negocio. Spoiler: tenía razón. La acción superó los $1,500 (ajustada por splits) y se convirtió en uno de los trades más legendarios de la década.
Pero más allá de Tesla, su enfoque es replicable. La tesis es clara: la tecnología no solo transforma industrias, también presiona los precios a la baja. Eso significa que estamos en una paradoja: vivimos una era de innovación deflacionaria en medio de políticas monetarias inflacionarias. ¿Resultado? Las distorsiones se acumulan, y quienes entienden ese desfase pueden capturar valor asimétrico. Es el tipo de brecha que buscamos constantemente en 10ampro: cuando la macro va por un lado y la tecnología por otro, ahí hay oro escondido.
Para Wood, la deflación tecnológica no es una amenaza, sino una oportunidad. Mientras los bancos centrales luchan contra la inflación aumentando tasas, ella ve una avalancha de eficiencia reduciendo costos estructurales. ¿Cómo invertir en eso? Según Cathie, a través de plataformas habilitadoras: no tanto en los productos finales, sino en las capas de infraestructura que permitirán nuevas economías (blockchains, protocolos de AI, fabricantes de chips avanzados, empresas que dominen datos y distribución). Ahí está el alfa. Ahí están las 10x ideas.
En ARK Invest, Wood ha insistido en que el mundo no está valorando correctamente los efectos compuestos de estas tecnologías. Ella proyecta que, para 2030, los sectores transformados por innovación disruptiva podrían representar más del 50% del valor de mercado global. En otras palabras, si estás subexpuesto a estas tendencias, estás atrapado en un portafolio que se va a devaluar frente al futuro. Y eso, para nosotros, es tan peligroso como tener cash cuando hay inflación.
Y sí, ARK ha sido volátil. Ha tenido drawdowns del 50% o más. Pero como decimos en 10ampro, “volatility is the price you pay for returns”. Wood no busca minimizar la volatilidad; busca maximizar el retorno ajustado al tiempo. Porque ella entiende lo que muchos olvidan: en un mundo en el que el dinero se degrada y el crecimiento lineal muere, la única defensa es apostar por lo exponencial. No para todos. Pero sí para los que quieren multiplicar por 10.
En 10ampro nos inspiramos directamente en esa mentalidad. No nos interesan los negocios que crecen 5% anual; queremos los que pueden multiplicarse por 10 en cinco años. Y eso solo ocurre en donde hay cambio radical, no mejora incremental. Cathie Wood nos enseña que hay que pensar en décadas, no en trimestres. Que hay que analizar curvas logarítmicas, no precios estáticos. Que hay que invertir con visión, no con miedo.
¿Y cómo esto nos ayuda a superar la inflación, el hurdle rate y la degradación monetaria? Fácil: porque las compañías y protocolos que dominan estas nuevas curvas tecnológicas no solo crecen más rápido, también están mejor protegidos frente a la pérdida de valor del dinero. Si una IA reduce los costos operativos de una compañía en un 80%, su margen de maniobra frente a shocks macro es mucho mayor. Si una blockchain reemplaza intermediarios y opera sin fricción, su eficiencia es antinflacionaria por definición.
Cathie Wood no es infalible. Pero su visión es una brújula precisa hacia donde se está moviendo el mundo. En 10ampro, seguimos ese norte. Porque si el futuro es deflacionario, innovador y descentralizado… no hay nada más peligroso que quedarse quieto.
Michael Saylor: la herejía que se volvió dogma – convertir la tesorería en un arma contra el sistema fiat
Michael Saylor no es un maximalista cualquiera. Es un estratega con una visión de rayos X sobre el sistema monetario global. Mientras la mayoría de los CEOs corporativos siguen escondidos detrás de hojas de cálculo y presentaciones a inversores, Saylor tomó una de las decisiones más radicales —y brillantes— del mundo financiero moderno: convirtió la tesorería de su empresa, MicroStrategy, en una reserva de valor basada en Bitcoin. Resultado: pasó de valer $900 millones a más de $60 mil millones de capitalización de mercado. Y todo eso, no por vender más software… sino por entender cómo se destruye el dinero fiat.
En 10ampro, tomamos este ejemplo como una lección de guerra. Porque lo que hizo Saylor no fue solo invertir. Fue declarar independencia del sistema. Fue mirar al hurdle rate impuesto por la inflación monetaria y decidir: “no hay activo tradicional que lo supere con consistencia… salvo uno.” Y ese activo fue Bitcoin. Un protocolo monetario programado para ser escaso, descentralizado, inmutable y resistente a la manipulación. Es decir, todo lo que el dólar ya no es.
La lógica de Saylor es sencilla, brutal y poderosa: el dólar pierde entre un 15% y un 20% de poder adquisitivo real anual cuando sumas inflación, expansión de la base monetaria y represión financiera. Si tienes efectivo en la cuenta, no estás siendo prudente. Estás siendo exprimido. Es una estrategia de meltdown lento. Y si eres una empresa pública con miles de millones en tesorería, ese derrame invisible es una masacre de valor para los accionistas. Para Saylor, eso era inaceptable.
Por eso, en 2020, empezó a mover capital hacia BTC. Primero $250 millones. Luego $175 millones más. Después, emisiones de deuda para comprar más. ¿Su tesis? Bitcoin es el único activo que combina escasez absoluta, portabilidad global, liquidez 24/7 y adopción creciente. No es solo una inversión. Es una política monetaria alternativa para empresas. Y aunque lo trataron de loco al principio, hoy todos miran de reojo lo que logró: más de 200,000 BTC en su balance y un equity que se multiplicó por más de 60 veces. Una locura lúcida.
Lo más interesante es que Saylor no persigue retornos especulativos. Su lógica es totalmente distinta a la de un trader. Él quiere mantener el valor del capital a través del tiempo en un entorno en el que todas las demás formas de dinero se deprecian por diseño. En otras palabras, juega al juego del tiempo largo. Lo mismo que predicamos en 10ampro: si tu inversión no puede ganarle a la inflación estructural, estás parado sobre arena movediza.
Y sí, Saylor pagó su precio en volatilidad. MSTR cayó más de 75% en varios momentos. Pero como él dice: “Volatility is the price you pay for performance.” Si quieres certidumbre, compra bonos del Tesoro y prepárate para perder poder adquisitivo año tras año. Si quieres protegerte, tienes que abrazar la incertidumbre de los activos escasos. Saylor no tiene miedo de la volatilidad porque su horizonte es de décadas, no de trimestres. Esa mentalidad es la que diferencia a los jugadores serios de los amateurs.
Otro punto fascinante de su estrategia: convertir deuda fiat en BTC. Es decir, usar dinero blando para comprar dinero duro. Emitió bonos corporativos al 0% o al 1.5% de interés para adquirir un activo con retorno exponencial. Fue una jugada de ajedrez maestro. Y es que, en un mundo con tasas reales negativas, el que se endeuda para comprar escasez gana. Porque estás transfiriendo la pérdida del sistema a los tenedores de deuda. Esto es capitalismo en su versión más despiadada… y más brillante.
En 10ampro, usamos esta tesis para pensar en cómo proteger nuestros portafolios del money debasement. No todas las empresas pueden copiar a MicroStrategy, pero todos los inversores pueden aprender del marco: ¿dónde hay escasez programada? ¿dónde hay política monetaria predecible? ¿qué activos no pueden ser impresos infinitamente? Bitcoin es la respuesta más obvia. Pero hay más. Ciertas acciones tech, ciertos protocolos cripto, ciertas compañías con supply limitado de acciones y gran generación de caja también entran en esa categoría. La clave es no pensar como un inversor… sino como un protector de valor.
Y lo que Saylor también enseñó al mundo corporativo es que la neutralidad monetaria es una ventaja competitiva. Cuando tus competidores tienen el cash en dólares y tú lo tienes en BTC, tú estás en una mejor posición para adquirir, invertir y escalar en el futuro. Porque tu capital crece más rápido. Porque estás sentado sobre un activo deflacionario. Y porque no estás rehén de las decisiones de la Fed.
Michael Saylor se transformó en una figura icónica no por ser criptoevangelista, sino por ser realista. Vio que el sistema estaba roto. Que la impresión de dinero iba a escalar. Que la inflación no era transitoria. Y decidió actuar. Nosotros en 10ampro aplaudimos esa convicción y la usamos como brújula: en un mundo de inflación y represión, no gana el que tiene más, sino el que protege mejor. Y para proteger, hay que ser audaz. O como diría Saylor: “Bitcoin is hope. Fiat is decay.”
Dan Morehead: el que vio venir el boom cripto antes que nadie (y se posicionó como si su vida dependiera de ello)
Dan Morehead no descubrió cripto. Lo anticipó. En un mundo donde los inversores institucionales se burlaban de Bitcoin y donde incluso los fondos de riesgo le daban la espalda a la web3, él apostó con todo. Fundó Pantera Capital en 2003, y para 2013 lanzó el primer fondo institucional de Bitcoin en Estados Unidos. Sí, en 2013. Una década antes de que BlackRock siquiera pensara en armar un ETF. En 10ampro, esa clase de visión no se ignora; se estudia, se adapta, se ejecuta.
Lo de Morehead no fue solo convicción: fue análisis frío. Vio que el sistema financiero estaba roto —demasiado apalancado, demasiado lento, demasiado dependiente de terceros—, y entendió que blockchain no era una moda, sino una infraestructura alternativa. Pantera no entró al mundo cripto buscando hacer trading oportunista; entró para construir exposición estructural a una disrupción imparable. Como nosotros decimos en 10ampro: no se trata de adivinar el precio, sino de capturar la tendencia.
Morehead identificó temprano que Bitcoin no era solo un activo, sino una señal de una nueva era. Vio el nacimiento de Ethereum y no lo descartó como un experimento. Al contrario: invirtió. Vio surgir a DeFi antes de que tuviera nombre. Apostó por Terra (sí, incluso los cracks se queman), pero también por proyectos como 0x, Polkadot, y muchas de las blockchains que hoy lideran en volumen y adopción. En ese camino, construyó uno de los fondos más rentables en la historia del sector, con retornos acumulados que superan fácilmente el 10,000%. Más que suerte. Esto es visión sistematizada.
¿Por qué Morehead apostó todo en esto? Porque entendió una verdad incómoda: el dinero fiat está condenado a degradarse. Los bancos centrales están atrapados en un esquema de deuda infinita, donde la única salida es inflar la base monetaria y devaluar el dinero. En ese contexto, ¿qué sentido tiene guardar riqueza en algo que puede ser impreso sin límite? Bitcoin, Ethereum y otras redes ofrecen una respuesta: dinero y valor que no dependen de confianza institucional. Solo de código.
Y esto nos conecta directamente con el hurdle rate. Morehead lo ha dicho mil veces: el costo real de oportunidad de invertir ya no está en el 3% del Tesoro, ni en el 8% del S&P. Está en sobrevivir al entorno monetario actual. Si no estás ganándole al 15-20% de inflación monetaria real (no la del CPI), estás empobreciéndote silenciosamente. La solución, para él, es clara: posicionarse temprano en tecnologías que capturan valor con estructuras de red, economías deflacionarias internas y crecimiento no lineal.
Uno de los conceptos más potentes de Pantera Capital es su visión de ciclos. Morehead no es un “bull” ciego. Él sabe que cripto es brutalmente volátil. Pero en vez de huir en los bear markets, redobla la apuesta. Durante los desplomes de 2015, 2018, y 2022, siguió invirtiendo. ¿Por qué? Porque entendió que los rendimientos exponenciales solo se capturan si soportas el caos. O como decimos en 10ampro: volatilidad es el peaje para cruzar al otro lado de la curva.
Otra cosa que distingue a Pantera es que no invierte solo en tokens: invierte en infraestructura, en equity de compañías, en protocolos que aún no han lanzado, en soluciones de capa 2, en ZK tech, en bridges cross-chain. Entienden que el verdadero retorno no viene solo del precio del activo, sino de poseer una fracción del nuevo sistema financiero que está emergiendo. Es decir: propiedad del futuro.
En ese sentido, la tesis 10x de Morehead es casi una copia espejo de lo que predicamos en 10ampro:
• Invertir donde la disrupción es inevitable.
• Apostar donde la asimetría entre riesgo y retorno es brutalmente favorable.
• Posicionarse antes de que el capital institucional despierte.
• No perseguir el precio. Perseguir la red.
• Pensar en años, no en trimestres.
Y ojo, Morehead también cree que la explosión de valor en cripto no será una sola vez. Habrá múltiples ciclos. Como él explica, “los mejores retornos vienen después de los peores drawdowns”. Es un proceso darwiniano. Cada ciclo limpia el sistema, purga a los oportunistas, y deja el campo fértil para una nueva ola de adopción. Y ahí es donde Pantera pone la mira. Y nosotros también.
Por eso, en 10ampro no nos asustan los bear markets. Nos emocionan. Porque sabemos que ahí es donde se siembran las apuestas 10x. Aprendimos de Morehead que no se trata de esperar validación de Wall Street. Se trata de ver el código, entender la lógica, y posicionarse con convicción antes de que el capital “inteligente” llegue. Porque cuando llega, ya es tarde.
Dan Morehead no es un genio solitario. Es un constructor de puentes entre la vieja economía y la nueva. Y si algo nos deja su legado, es esto: el dinero no va a desaparecer, pero sí va a cambiar de manos. Y los que entiendan la transformación —y la abracen con riesgo calculado— van a estar del lado correcto de la historia.
Kyle Samani: cuando mirar el precio es de amateurs, y lo único que importa es a dónde va el mundo
En un ecosistema dominado por traders de corto plazo, maximalistas de dogma y VCs oportunistas, Kyle Samani destaca como un tecnólogo infiltrado en las finanzas. Cofundador de Multicoin Capital, Samani no invierte en tokens; invierte en sistemas. Su brújula no está basada en precios ni en hype: está calibrada hacia el futuro inevitable, ese donde la descentralización, la eficiencia y la adopción se entrelazan como nuevas leyes naturales. En 10ampro, su manera de pensar nos influye profundamente, porque es una invitación a dejar de perseguir retornos… y empezar a construir convicción.
Para Samani, el precio es ruido. El problema no es que la gente pierda plata; es que pierde perspectiva. Su tesis es simple, aunque difícil de ejecutar: si sabes con alta probabilidad que una tecnología va a redefinir industrias enteras, la única estrategia racional es posicionarse lo antes posible y aguantar las tormentas. Eso significa ignorar drawdowns del 80%, aceptar la volatilidad, y entender que los grandes retornos no vienen por entrar barato… sino por entrar antes.
¿Su enfoque preferido hoy? El universo de DePIN (Decentralized Physical Infrastructure Networks). Es decir, redes que reemplazan intermediarios tradicionales en infraestructura física a través de blockchains. ¿Ejemplos? Helium (red descentralizada de telecomunicaciones), Hivemapper (alternativa a Google Maps creada por los usuarios), Render (renderizado de gráficos GPU distribuido), y más. Para Samani, estas son las apuestas que no solo escalan 10x… sino 100x. Porque están en la intersección de software, hardware, incentivos y necesidad económica. Si te parece ciencia ficción, vas tarde.
Lo fascinante es cómo Samani estructura sus apuestas. No busca “narrativas calientes”. Busca tesis fundamentales que combinan:
1. Un modelo económico robusto.
2. Un mercado que ya existe pero está mal servido.
3. Un token que captura valor de forma directa y sostenible.
4. Un roadmap que acorta la brecha entre idea y adopción.
Es un framework quirúrgico. Y en 10ampro lo usamos para identificar activos que puedan proteger y multiplicar capital en un mundo de inflación sistémica. Porque si la tesis es que el sistema fiat va a seguir degradando el poder adquisitivo, no puedes refugiarte en activos mediocres. Necesitas hipercrecimiento. Necesitas apuestas que no solo sobrevivan al cambio… sino que lo lideren.
Samani también es brutalmente honesto respecto al riesgo. No vende promesas de seguridad. Vende visión. Lo ha dicho en múltiples entrevistas: el 90% de los proyectos cripto van a cero. Y eso está bien. Porque el 10% restante no solo compensa… se convierte en imperios. Así construyó su portafolio. Así se posicionó en Solana cuando todos la ignoraban. Así identificó proyectos como Arweave, Injective, y Synthetix en etapas muy tempranas. Hoy, muchos de esos activos han multiplicado por 10, por 50, o más.
Y si hablamos de Solana, Samani fue uno de sus primeros grandes defensores institucionales. No porque “era más rápida que Ethereum”, sino porque tenía el stack técnico, la comunidad y el enfoque de ejecución para convertirse en el sistema operativo financiero del futuro. Esa es su mentalidad: no busca el siguiente “token que suba”, busca la infraestructura que reemplace lo que ya no funciona.
Su portafolio es el reflejo de una tesis macro contundente: el sistema tradicional es lento, caro, corrupto y saturado. Y donde hay fricción, hay oportunidad. Por eso, Samani no invierte en DeFi por romanticismo. Lo hace porque ve una migración estructural de usuarios, capital y talento hacia modelos descentralizados que son más eficientes por diseño. Lo mismo con DePIN: el mundo físico necesita reestructurarse, y las blockchains son el andamiaje para hacerlo sin intermediarios.
En un entorno de inflación descontrolada y tasas reales negativas, Samani entiende que no basta con “no perder poder adquisitivo”. Hay que estar en apuestas que crezcan más rápido que el deterioro del sistema. Por eso, en 10ampro vemos en su enfoque una guía para encontrar ideas que superen el hurdle rate estructural, ese que hoy ya no está en 8%… sino en 15%-20%, si somos honestos.
Lo más inspirador de Samani es su brutal convicción. Él no pivotea según el ciclo. No vende porque cayó el precio. No persigue narrativas porque subieron en Twitter. Su mirada es clara: “Si esto va a ser el futuro, lo voy a comprar hoy, y aguantar hasta que el mundo se dé cuenta.” Y esa es la única manera real de capturar retornos 10x. No hay atajos. Solo visión, ejecución y paciencia.
En 10ampro, tomamos nota. Porque no estamos acá para hacer trades bonitos. Estamos para posicionarnos donde el futuro ya está construyéndose. Y si vamos a asumir riesgo —porque el cash ya es una apuesta perdedora—, más vale que sea en el tipo de tecnologías que Samani persigue: las que reemplazan al sistema, no las que lo decoran.
Joe McCann: encontrar asimetrías en Solana y Jito — cuando el mercado no entiende lo que está viendo
Joe McCann no es un trader más con laptop en Twitter. Es un ex ejecutivo de Microsoft, un constructor de producto, un hacker del sistema financiero… y uno de los inversores institucionales más lúcidos que ha entrado al ecosistema cripto en la última década. Desde su firma, Asymmetric Financial, McCann ha demostrado que entender la tecnología profundamente —no solo su narrativa— es la única forma de identificar apuestas con retornos desproporcionados. En 10ampro, su enfoque nos resuena porque es exactamente lo que buscamos: alta convicción, bajo downside, y upside de otro planeta.
Su tesis se basa en una verdad incómoda: los mercados son ineficientes porque la mayoría de los jugadores no entienden lo que están comprando. Y eso, para McCann, es una bendición. En vez de apostar al “precio objetivo”, él apuesta a que eventualmente la información fluye, la adopción ocurre y los activos que hoy parecen arriesgados terminan siendo inevitables. Es la esencia del alpha asimétrico.
Dos ejemplos perfectos de esa visión: Solana y Jito. McCann fue de los primeros inversores institucionales en entender que Solana no era simplemente una “Ethereum killer” más. Vio que el stack técnico —monolítico, paralelizable, con tiempos de bloque de menos de 400 ms— no era solo una promesa, sino una ventaja estructural. Y mientras otros hablaban de “fallas de red”, él miraba la métrica que realmente importa: la velocidad de iteración. Solana estaba construyendo a una velocidad que dejaba atrás a la competencia. Eso, decía McCann, era lo que realmente se debía valorar.
Su apuesta no fue emocional. Fue técnica. Analizó throughput, latencia, costos, y la calidad de los equipos que estaban construyendo encima. Y lo que vio fue lo que pocos querían aceptar: Solana podía ser el sistema operativo de la próxima generación financiera, y nadie la estaba valorando así. Hoy, con una comunidad vibrante, un ecosistema DeFi sólido y un impulso en NFTs, gaming y DePIN, Solana está más viva que nunca. Y McCann está posicionado desde antes de que los medios la “redescubran”.
Pero si Solana es su apuesta macro, Jito es su joya táctica. ¿Qué es Jito? Un protocolo que captura MEV (Maximal Extractable Value) en la red de Solana y lo redistribuye a los holders de stake. Es decir, convierte una externalidad (el valor extraído por bots y validadores) en una renta pasiva para el usuario promedio. En pocas palabras: convierte fricción en yield. Y McCann vio esta idea mucho antes de que fuera sexy.
¿Por qué es tan poderosa esta tesis? Porque en un entorno donde los rendimientos reales están destruidos por la inflación y las tasas no compensan el riesgo, capturar MEV de forma pasiva se convierte en una nueva forma de flujo de caja digital. Es un modelo que toma elementos del mundo TradFi (como el concepto de “rebates de exchange” o yield en bonos) y lo reinventa en clave cripto. Para McCann, esto no es solo una mecánica técnica. Es un nuevo modelo económico.
En 10ampro, lo entendemos igual: Jito no es solo un token. Es una infraestructura de ingresos que escala con el uso de Solana. Es como haber invertido en los márgenes de Visa cuando el ecommerce estaba empezando. Si Solana crece, Jito imprime. Así de sencillo. Y lo más importante: la mayoría del mercado todavía no lo entiende. Esa es la oportunidad. Esa es la asimetría.
McCann insiste mucho en que el alpha está en ver antes que el resto. No en tener más datos, sino en tener mejor interpretación. Eso es lo que distingue a los inversores visionarios de los que siguen gráficos de TradingView como si fueran profecías. Y esa es la mentalidad que buscamos en 10ampro: no queremos confirmar lo que ya saben todos. Queremos identificar lo que el mercado aún subvalora… y estar posicionados cuando el re-rating ocurra.
Otra joya de su filosofía: estar dispuesto a parecer estúpido en el corto plazo para parecer brillante en el largo. McCann ha comprado tokens que caen 50% y no ha vendido. ¿Por qué? Porque su tesis no ha cambiado. Porque su horizonte no es de semanas, sino de años. Porque en un mundo que se degrada monetariamente y donde la inflación carcome todo, la paciencia inteligente es un arma de ventaja.
Y eso nos conecta con el corazón del modelo 10ampro: si estás luchando contra la inflación, si tu benchmark es el hurdle rate real del sistema (15%+, ajustado por riesgo), no puedes jugar a lo seguro. Necesitas activos que puedan explotar si tienen razón. Solana y Jito cumplen ese perfil. Uno como capa base optimizada para throughput y bajos costos. El otro como derivado financiero que monetiza esa eficiencia. Ambos como apuestas estructurales para una nueva era digital.
En resumen: Joe McCann no persigue el alfa. Lo diseña. No sigue al mercado. Lo anticipa. Y nosotros, en 10ampro, seguimos su ejemplo. Porque en un mundo de información ruidosa y capital cobarde, la verdadera ventaja está en pensar con claridad, moverse con precisión, y aguantar con convicción
Dan Tapiero: la asimetría institucional que está a punto de tragarse al sistema financiero tradicional
Dan Tapiero no es un cripto-OG. No minó Bitcoin en 2011 ni escribió smart contracts en Solidity. Es otra cosa: un macroinversor institucional, forjado en las trincheras del oro, los bonos y las distorsiones monetarias globales. Viene del mismo universo que Stan Druckenmiller y Julian Robertson, y por eso su visión tiene un peso que no depende de la moda, sino de la inevitabilidad estructural. Y su mensaje es claro: lo que está ocurriendo con cripto es la mayor oportunidad de inversión en los próximos 30 años… y casi nadie está posicionado para capturarla.
En 10ampro, nos tomamos esa tesis como una profecía autocumplida: si el capital institucional aún no ha entrado con fuerza, pero la arquitectura de reemplazo al sistema legacy ya está construida, entonces estamos frente a una asimetría histórica. Tapiero la vio antes que muchos. Por eso creó 10T Holdings, un fondo que no apuesta al precio de los tokens, sino al equity de las empresas que están construyendo la base del nuevo sistema financiero global.
¿Qué clase de empresas? Custodios, wallets, exchanges, capas de datos, infraestructura para stablecoins, soluciones de identidad digital, tokenización de activos. En resumen: los puentes entre el sistema viejo y el nuevo. El oro digital no se mina solo. Necesita carreteras, túneles y túnicas legales para ser transaccionado. Tapiero lo entendió y decidió invertir ahí. No en la fiebre del oro… sino en las palas.
Su tesis arranca desde un diagnóstico brutal del presente: los bancos centrales han imprimido más dinero en los últimos 15 años que en el resto de la historia humana combinada. Las tasas reales son negativas. La deuda soberana es impagable. Y las monedas fiat están siendo degradadas sistemáticamente como parte de una estrategia tácita de default vía inflación. Tapiero lo llama como es: el sistema está roto. Y lo que viene después, no será una evolución. Será una reconstrucción.
Para él, la oportunidad no está solo en Bitcoin o Ethereum. Está en el ecosistema completo que permite que estos activos funcionen a escala institucional. Porque el próximo ciclo no lo liderarán los “degens” de Discord. Lo liderarán bancos, aseguradoras, fondos soberanos y family offices con 12 ceros bajo custodia. Y esos actores no compran desde MetaMask: necesitan rieles financieros con compliance, UX y estructuras de gobernanza que hablen su idioma. Justo ahí es donde invierte 10T.
Tapiero estima que la capitalización total del ecosistema de activos digitales podría crecer de los actuales ~$3T a más de $30-50T en la próxima década, simplemente por efecto de institucionalización y adopción masiva. Si eso ocurre —y todo indica que sí—, estamos en la fase pre-re-rate. En 10ampro nos obsesionamos con eso: identificar cuándo un activo está siendo valorado bajo un régimen mental que está a punto de colapsar. Esa es la definición de oportunidad asimétrica.
Pero no se trata solo de esperar la llegada de los elefantes (BlackRock, Fidelity, State Street). Se trata de posicionarse antes de que lleguen. Porque cuando lo hagan, no vendrán con $1.000 como un retail de Robinhood. Vendrán con tickets de $500 millones, con compras OTC, con estructuras de yield, con demanda por custodia nativa y productos derivados complejos. Y cuando eso ocurra, los múltiplos de valoración de estas empresas cripto no serán 10x EBITDA. Serán 30x. 50x. O más.
Otra idea clave de Tapiero: descorrelación estructural. Las empresas de cripto no solo son nuevas tecnológicamente. También operan con ciclos distintos al S&P 500. Mientras Wall Street baila al ritmo de los datos de empleo o de la Fed, estas compañías se rigen por métricas como número de wallets, TVL, volumen en exchanges descentralizados, o adopción institucional. En un portafolio diversificado, eso es oro puro. Literalmente.
¿Y los riesgos? Volatilidad, regulación, y concentración. Tapiero no los niega. Los abraza. Porque entiende que son parte del arbitraje. Si el mercado ya supiera cómo valorar estas compañías, si ya estuvieran ampliamente aceptadas, la oportunidad se habría ido. La asimetría existe justamente porque aún hay miedo, incertidumbre y falta de comprensión. Pero esa niebla no es permanente. Es una ventana.
En 10ampro lo tenemos claro: la tesis Tapiero no es especulación. Es protección. Si el sistema financiero tradicional sigue su curso actual —inflación crónica, expansión fiscal, represión financiera—, no hay activo “seguro”. Solo hay activos que pierden más lento. A menos que te posiciones en el otro lado del puente. En las compañías que no solo sobreviven al cambio, sino que lo capitalizan.
Tapiero no predica el “number go up”. Predica que el capital se va a mover, sí o sí. Porque no hay forma de que $500T de riqueza global se mantenga en instrumentos que rinden menos que la inflación. Ese capital buscará nuevos refugios, nuevas plataformas, nuevas capas de confianza. Y cuando lo haga, no será gradual. Será parabólico.
Por eso, el mensaje es simple: o estás invertido en el futuro del sistema financiero, o estás siendo diluido por el pasado. En 10ampro, elegimos lo primero. Porque la ola institucional ya viene. Y Dan Tapiero ya está surfeando.
Antonio Linares: donde se cruzan los efectos de red, el free cash flow y la obsesión por ganar en el margen
Antonio Linares no es un gestor tradicional. No juega a quedar bien con el consenso ni a diversificar para dormir tranquilo. Juega a ganar. Y lo hace con una obsesión quirúrgica: encontrar negocios con efectos de red, modelos escalables y un free cash flow por acción en expansión violenta. En 10ampro, tomamos esta metodología como un GPS para cazar retornos 10x en un mundo donde el dinero se devalúa y el riesgo se castiga… salvo cuando se ejecuta con precisión.
Lo primero que hay que entender del enfoque Linares es su desprecio por la diversificación como excusa para no pensar. Para él, la concentración es una herramienta de ventaja competitiva. Y tiene sentido: si solo unas pocas compañías son capaces de dominar mercados globales, ¿por qué dispersar el capital en jugadores secundarios? Esta es una idea poderosa cuando estás operando bajo la presión del hurdle rate y la inflación real. Si tu portafolio no supera el 10-15% anual compuesto, estás perdiendo. Punto.
¿Dónde ha demostrado esta visión? Casos concretos: Tesla, Spotify, HIMS y NVIDIA. Empresas que a simple vista parecen muy distintas, pero que comparten una estructura invisible: una máquina escalable que genera caja, crea efectos de red y gana con cada nuevo usuario o ciclo de adopción tecnológica.
Tesla, por ejemplo, no solo vende autos. Es una plataforma energética, un nodo de inteligencia artificial sobre ruedas, una empresa que genera datos, vende software y monetiza el futuro. Linares supo ver esto cuando la mayoría seguía hablando de “márgenes de la automotriz”. Fue uno de los primeros en decir que la clave era el FCF/share, y cómo ese número iba a escalar con márgenes operativos crecientes y volumen exponencial. Spoiler: escaló.
Spotify, otro caso ejemplar. La narrativa común era: “modelo difícil, mucho pago a sellos discográficos, márgenes bajos”. Pero Linares miró más allá del P&L y se enfocó en el flujo de caja real. Entendió que, una vez pasada cierta masa crítica, los costos marginales de escalar contenido, datos y publicidad son mínimos. Apostó cuando nadie más lo hacía, y el retorno le dio la razón. Hoy, Spotify está transicionando a una cash flow machine con ingresos recurrentes, ventaja competitiva algorítmica y capacidad de fijación de precios. Otro 10x.
HIMS, una compañía que a simple vista parecía un e-commerce de píldoras, está construyendo una plataforma de salud directa al consumidor, con márgenes en expansión, retención creciente y una capa de datos que le permite optimizar conversiones y reducir CAC. Linares no invirtió por la narrativa, sino por los unit economics. Y otra vez: el resultado fue una multiplicación brutal de capital.
Y luego está NVIDIA, la acción que pasó de ser “el que hace tarjetas gráficas” a convertirse en el proveedor central del boom de la inteligencia artificial. Linares comprendió que NVIDIA no solo vendía chips, sino que dominaba un ecosistema cerrado de hardware y software que gana más cada vez que el mundo necesita más poder de cómputo. Su posición de monopolio tecnológico, su FCF creciente y la expansión de márgenes en un entorno de demanda explosiva la convirtieron en una tesis 10x perfecta: efectos de red, escala, y dominio del stack.
Lo que todas estas apuestas comparten es un denominador clave para nosotros en 10ampro: asimetría. Es decir, riesgo limitado y upside descomunal. Linares no invierte en empresas estables. Invierte en empresas que pueden cambiar de fase, pasar de supervivientes a dominantes, de aspirantes a monopolios. Eso es exactamente lo que buscamos cuando tratamos de ganarle a la inflación y protegernos de la degradación monetaria: compañías con pricing power, defensibilidad tecnológica y explosividad en flujo de caja.
Además, el foco en free cash flow per share (no solo FCF bruto) revela otra ventaja del modelo Linares: no solo importa que una empresa genere caja, sino que esa caja esté distribuida de forma inteligente entre los accionistas. Él penaliza la dilución, evita managements que queman efectivo sin retorno, y premia la eficiencia operativa. En un entorno macro donde el costo del capital ya no es cero, esta disciplina separa ganadores de perdedores.
En 10ampro, adoptamos esta visión como parte de nuestra matriz de decisión. No compramos narrativa sin número. No entramos por moda. Entramos cuando vemos efectos de red, expansión del FCF por acción, y un camino claro hacia la dominancia. Eso no se ve en la portada de Bloomberg, pero sí se ve cuando uno estudia profundamente los fundamentals. Linares no es un adivino: es un analista feroz que hace su tarea.
Y por último, algo no menor: la actitud. Linares no es reactivo. Es contrarian con base. Compra cuando el mercado odia, y vende cuando el mercado aplaude. Esa mentalidad es clave en un entorno donde la inflación real —la de verdad, no la del CPI manipulado— está erosionando los retornos de cualquier activo sin crecimiento explosivo. Si no estás en algo que puede crecer por encima del 20% anual compuesto y expandir márgenes al mismo tiempo, estás siendo diluido.
Predicciones 10ampro
Hernan mil gracias. Esto es para leerlo varias veces y punto de partida para estudiar, tengo la sensación de que hay oro para el que logre entender al menos una parte de todo esto. El que tenga liquidez que esté preparado.
Mil y mil gracias Hernán esto me abrió la cabeza, toca releerlo para entender más y cambiar la forma de invertir; porque se habla de tasas de interés negativas, es decir, que vale la pena endeudarse para invertir en la zona banana?